
Entender las funciones específicas de cada tipo de crema puede marcar la diferencia para cuidar tu piel de manera efectiva.
La piel es el órgano más grande del cuerpo y cuidarla adecuadamente es clave para mantener su salud y apariencia. En el mercado de productos para el cuidado cutáneo, dos términos suelen generar confusión: crema humectante y crema hidratante. Aunque a menudo se usan como sinónimos, en realidad cumplen funciones distintas que conviene entender para elegir el producto adecuado.
Crema hidratante
La crema hidratante está diseñada para aportar agua a las capas de la piel, utilizando ingredientes como glicerina, ácido hialurónico, aloe vera o pantenol. Es especialmente útil para pieles deshidratadas, es decir, aquellas que carecen de agua.
"La hidratante le da agua a tu piel, ya que al tener glicerina o ácido hialurónico, le brindan hidratación desde adentro. Perfecta si tienes la piel reseca", contó Lesly Carol.
¿Y la crema humectante?
La crema humectante, en cambio, busca retener la humedad natural de la piel y evitar la pérdida de agua, creando una barrera protectora gracias a componentes como aceites vegetales, mantecas (karité, cacao), ceras, siliconas o petrolato. Está indicada principalmente para pieles secas, que carecen de grasa o lípidos.
"La humectante nos ayuda a cerrar esa hidratación, evitando que el agua de tu carita se evapore. Es como si se sellara", explicó Lesly Carol.
Ambas pueden ser complementarias en una rutina de cuidado, especialmente para pieles secas o dañadas, donde la hidratación superficial no es suficiente.
Conocer estas diferencias es fundamental para un cuidado más efectivo y personalizado. No solo se trata de aplicar cualquier crema, sino de entender qué necesita la piel en cada momento para mantenerse saludable y radiante.
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