OMS alerta que casi la mitad de quienes la padecen no lo saben; la detección y el control oportuno pueden salvar vidas.

La hipertensión arterial se ha consolidado como uno de los problemas de salud más preocupantes a nivel mundial. De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), en 2023 más de 1.280 millones de adultos convivían con esta condición, considerada una de las principales causas de muerte prematura.

La cifra adquiere un matiz aún más alarmante si se considera que el 46% desconoce su diagnóstico y solo el 21% de quienes sí lo saben logran mantenerla bajo control.

Cardiólogos expertos advierten que, sin tratamiento, la hipertensión incrementa el riesgo de complicaciones graves como infartos, accidentes cerebrovasculares o insuficiencia renal. Por ello, los especialistas advierten sobre la necesidad de realizar controles periódicos de presión arterial y adoptar hábitos de vida saludables.

¿Qué es la hipertensión arterial?

Se define como la elevación sostenida de la presión sanguínea contra las paredes de las arterias. Los valores óptimos se sitúan por debajo de 120/80 mmHg. Una lectura persistente igual o superior a 130/80 mmHg constituye un diagnóstico de hipertensión.

Los médicos distinguen dos tipos principales:

· Hipertensión primaria o esencial, que representa hasta el 95% de los casos y no tiene una causa específica identificable.

· Hipertensión secundaria, provocada por enfermedades renales, endocrinas o efectos de medicamentos.

Factores de riesgo y prevención

Algunos factores que favorecen su aparición pueden modificarse: consumo excesivo de sal, dietas poco saludables, sedentarismo, tabaquismo y consumo elevado de alcohol. Otros, como la edad, la herencia genética o la etnia no pueden evitarse, pero sí contrarrestarse con prevención.

Las recomendaciones médicas incluyen:

· Reducir el consumo de sal a menos de 5 gramos diarios.

· Mantener una dieta rica en frutas, verduras y cereales integrales.

· Realizar al menos 30 minutos de actividad física moderada al día.

· Evitar el tabaco y moderar el consumo de alcohol.

· Controlar periódicamente la presión arterial.

Importancia del diagnóstico y seguimiento

La hipertensión no suele presentar síntomas hasta fases avanzadas, por lo que la única forma fiable de detectarla es mediante mediciones regulares. El control médico permite ajustar tratamientos y prevenir daños irreversibles en órganos como el corazón, cerebro, riñones y ojos.

En casos donde los cambios de estilo de vida no son suficientes, existen cinco grupos principales de medicamentos antihipertensivos: diuréticos, inhibidores de la ECA, bloqueadores de receptores de angiotensina II, bloqueadores de canales de calcio y betabloqueantes.

La hipertensión arterial es una condición silenciosa pero prevenible y controlable. La clave está en la detección temprana, el tratamiento adecuado y la constancia en el seguimiento médico.

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